The vida en la Vía Láctea podría ser más probable de lo que se cree, seguro un reconocido astronoma

The vida en la Vía Láctea podría ser más probable de lo que se cree, seguro un reconocido astronoma

Dedicado a buscar el origen de la vida, una científica española estudió la Nube de Perseo y descubrió partículas claves para la producción de moléculas orgánicas.

La investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Susana Iglesias-Groth, que además de su trabajo científico sobre el origen de la vida, confirma en una entrevista que en los sistemas planetarios de la Vía Láctea podría ser más probable el desarrollo de vida de lo que hasta ahora se piensa.

Para la astronoma, si algo enseña mirar el Universo es a ser humilde, y se pregunta por que no va a ser posible que haya en el presente o haya existido una vida similar en la galaxia, que es «inmensa». Sin embargo, avisar que es posible que los humanos no coincidente temporalmente con esas otras formas de vidaya que los tiempos en el Universo son largos.

Su vida puede haber extinguido, pero también es probable que se esté formando, y planta la necesidad de mantener la mente abiertaya que, por ejemplo, nadie hubiera dicho hace 40 años que existian tantos planetas extrasolares en nuestra galaxia como los que se fueron descubriendo.

Los plantamientos de Iglesias-Groth los formula ella después de hacer pública una investigación mostrando que en el medio interestelar de la Nube de Perseo hay triptófano, uno de los aminoácidos esenciales para la existencia de la vida humana.



«La Vía Láctea se eleva sur el río Stony y el monte Taranaki», fotografía de Brendan Larsen en Taranaki, Nueva Zelanda. /capturarelatlas

El cerebro humano necesita triptófano, que está en muchos alimentos y se puede transformar en serotonina (que regula el estado de ánimo), pero también en melatonina (que regula el sueño).

Iglesias-Groth, que inició sus estudios de doctorado en la Universidad de La Laguna, se centró en ese momento en las moléculas físicas y las cantidades y Investigó las propiedades de unas moléculas de carbono poco conocidas entonces, los fullerenos, descubiertos en 1985 en forma casual en laboratorio por Harold Kroto, Robert Curl y Richard Smalley, quienes una vez años después recibieron el Premio Nobel de Química por ello.

Kroto, Curl y Smalley intentaron reproducir la química de gigantescas estrellas rojas y encontraron moléculas que se formaron en su tercera en la que se presentó el carbono en estado puro (además de grafito y diamante).

"Montado.  Fuji y la Vía Láctea en el lago Kawaguchi


«Monte. Fuji y la Vía Láctea en el lago Kawaguchi», foto de Takemochi Yuki. Foto: capturetheatlas.com

Los fullerenos están formados por anillos de carbono de seis y cinco átomos que también están presentes en la mayoría de las claves moléculas para la vida, como por ejemplo en algunos aminoácidos.

Comienzo de Iglesias-Groth la búsqueda de fullerenos en la Nube de Perseoque es una de las regiones de formación estelar más próximas al sistema solar, y lo hizo con el telescopio Galileo, en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en La Palma, y ​​con otros más grandes en Texas y en Chile .

Primero encontré moléculas simples con anillos de carbono como el naftaleno y antraceno. El naftaleno en combinación con agua, amoníaco y radiación ultravioleta produce muchos de los aminoácidos básicos para desarrollar la vida.

En la búsqueda de moléculas prebióticas que puedan tener relación con el origen de la vida, en 2010 descubrió que en la Nube de Perseo hay antracenoque es un hidrocarburo contra tres anillos de carbono y que, junto al naftaleno, podría ser clave en la producción de muchas moléculas orgánicas que están presentes en la formación del sistema solar.

Cuando accedió a los datos del telescopio espacial Spitzer, de la NASA, observó que en la misma de la Nube de Perseo hay fullerenos.

La Nube de Perseo, con 2 millones de años de existencia, es un «bebé» con respecto a la Vía Láctea, que tiene 13.000 millones de años. Esta nube de formación estelar es de las más cercanas.

El investigadora continúa con sus trabajos en la búsqueda de moléculas prebióticas en esa región y este año ha publicado el descubrimiento del triptófano, indispensable para la formación de proteínas y para el desarrollo de la vida humana.

Perseo tiene una «riqueza molecular impresionante», en palabras de Iglesias-Groth, quien agregó que durante la pandemia analizó 34 regiones de formación estelar de la Vía Láctea y obtuvo resultados concordantes con la Nube de Perseo.

Susana Iglesias-Groth encontró evidencia de que los aminoacidos estan en el espacio mas abundante de donde pensabany están muy dispersos, en especial en las zonas de formación de estrellas y sistemas planetarios.

Por eso concluyó que en algún otro sistema planetario de la Vía Láctea es probable que haya, ha habido o habrá, vida similar a la que conocemos en la Tierra, o al menos no tan diferente.

Por Ilona Venegas