miEn tiempos extraordinarios, durante guerras y pandemias o desastres naturales, los políticos toman medidas extraordinarias para reducir el impacto económico y social que sufren sus conciudadanos. La escasez de gas natural debido a la guerra en Ucrania ha obligado a algunos países a recurrir al carbón. No se puede culpar a los gobiernos por proteger a los hogares que experimentan inseguridad energética. Si se toman medidas, sigue siendo posible una mayor aceleración de la descarbonización y permitirá compensar el retroceso actual.
Por otro lado, la decisión de reducir los impuestos sobre la energía y los combustibles es más difícil de entender. Sin embargo, la mayoría de los países miembros del G7 (Canadá, Italia, Francia, Alemania y el Reino Unido) han dado este paso, y medidas similares han recibido apoyo público en el centro y el este.
Al subsidiar el combustible, reducimos los incentivos para ahorrar energía y creamos una distorsión de la señal del precio que es esencial para la transición hacia una economía más baja en carbono. La carga sobre las finanzas públicas también es mucho más pesada que la de las transferencias sociales sujetas a verificación de recursos para los hogares vulnerables. Pero los subsidios masivos son más simples de implementar y más populares entre los votantes.
El ejemplo de Ucrania
Asimismo, mientras que los hogares más pobres son los que necesitan ayuda para hacer frente al rápido aumento de las tasas de interés, los gobiernos se ven tentados a ayudar a todos los demás. El gobierno polaco, por ejemplo, decidió el 7 de julio de 2022 una moratoria general sobre el servicio de la deuda, lo que permite a sus conciudadanos que han tomado un préstamo hipotecario para su » buen uso « suspender sus pagos por ocho meses. Esta medida beneficiará desproporcionadamente a los propietarios de los activos más importantes. También podría debilitar el mecanismo de transmisión de la política monetaria al limitar los efectos de los aumentos de las tasas de interés en la actividad económica y, por lo tanto, obligar al banco central a estimularlos aún más.
Por otro lado, el «fondo de apoyo al prestatario», que Polonia también amplió en 2022 para ayudar a quienes han perdido su trabajo o enfrentan costos de endeudamiento superiores al 50% de sus ingresos mensuales, es una medida mucho más económica y racional. Al extender sus beneficiarios a un mayor número de hogares en dificultades, los responsables políticos podrían evitar muchas de las distorsiones mencionadas anteriormente, al mismo tiempo que protegen a los más vulnerables. Es cierto que tal estrategia no ofrece el mismo soplo de aire fresco durante un período electoral.
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