En la pequeña embarcación científica, los días comienzan temprano, salpicados por el incesante ruido de la lancha y el ballet ininterrumpido de los buzos que se turnan para sumergirse en las profundidades de las frías aguas del lago Titicaca, en Bolivia. El trabajo es justo a tiempo y la organización metódica. La misión dura cinco semanas y no se trata de perder un momento. Pero, a veces, un descubrimiento extraordinario llega a trastornar el dispositivo.
En esta tarde de mayo de 2022, un escalofrío recorre a la tripulación. Uno de los arqueólogos buceadores identificó un hacha de unos cuarenta centímetros, casi intacta, enterrada bajo capas de sedimento, a 10 metros de profundidad. Con infinita precaución, el objeto será sacado a la superficie durante una segunda inmersión.
El hacha es un espécimen raro y quizás único en el Altiplano, que podría datar de la época inca, o incluso de un período anterior, según Christophe Delaere, investigador de la Universidad Libre de Bruselas, codirector de la misión de arqueología llamada Proyecto Titicaca. Misión que el gobierno boliviano no quiso dar a conocer antes de enero de 2023. La pieza tiene un mango de madera trabajado por pirograbado; la hoja está hecha de diferentes aleaciones. La madera data de al menos «quinientos años»afirma el arqueólogo, mientras lo ausculta con delicadeza, lo cual es “increíble dado su estado de conservación”. El objeto se examinará para la datación por carbono 14.
“Como una nevera grande”
Si el hacha ha podido sobrevivir a los siglos es gracias a las condiciones subacuáticas del lago, que permiten una excelente conservación: sin luz, a temperatura constante, sumergida en agua en ambiente anaerobio, evitando así su oxidación. “El lago actúa como una gran nevera. En la tierra, ella no habría durado tres décadas. », se entusiasma el investigador de 36 años. Objeto emblemático del poder inca, ¿era ceremonial o bélico? Todavía es pronto para saberlo, pero en el barco la emoción está ahí.
Christophe Delaere comienza a escribir el guión de las condiciones en las que pudo encontrarse en el fondo del agua: “Los Incas vinieron manu militari en el lago. Hay que imaginarse un ejército atravesándolo en dirección a la isla del Sol [la plus grande île du lac]. El hacha puede haberse resbalado de sus manos. » Para Michaël Habex, el arqueólogo buceador que lo descubrió bajo el agua, es simplemente “fantástico encontrar este tipo de objeto”. Relata, todavía con el traje de buzo y conmovido, ese momento de intimidad bajo el agua con el instrumento antes de que se convirtiera en Patrimonio de la Humanidad.
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