“En Davos, Al Gore está disparando a toda máquina”

“En Davos, Al Gore está disparando a toda máquina”
Al Gore, exvicepresidente de Estados Unidos, en el Foro Económico Mundial, en Davos, Suiza, el martes 17 de enero de 2023.

La nieve cae sobre la estación climática suiza que una vez curó la riqueza de la tuberculosis del montaña MAGICA (1924), de Thomas Mann. El incesante ballet de Mercedes ahora forma una cinta negra y brillante que rodea a Davos hasta altas horas de la noche. El aire ya no es tan puro. En el cielo, a veces se estaciona un helicóptero para vigilar las aceras y los lugares. Los poderosos son antieconómicos. En la plataforma y en los pasillos nos lamentamos por la inflación, los obstáculos al libre comercio, y atacamos la virtud ecológica y la responsabilidad social. Y luego, de repente, un pequeño y bienvenido desliz.

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En el escenario, el miércoles 18 de enero, se encuentran extrañamente cercanos el CEO de una multinacional estadounidense de tecnología (Salesforce), el presidente del Congreso Nacional de Indios Americanos, el presidente de una gran empresa minera australiana (Fortescue), un exvicepresidente de EE. el Presidente y Premio Nobel de la Paz, Al Gore, y el Presidente de Colombia, Gustavo Petro.

A primera vista, y como corresponde, cada uno está convencido de la necesidad de luchar contra el calentamiento global, pero probablemente cada uno a su ritmo. Los fabricantes afirman hacer todo lo posible, administrar sus generosas fundaciones, a menudo dedicadas a reparar los daños de sus propias empresas. Y luego habla Al Gore.

Una presidencia de la COP que deja huella

Da la bienvenida al progreso realizado desde que alertó al público a principios de la década de 2000. Pero hoy, la verdad incómoda, llamada así por el título de su famosa película de 2006, es, según él, que perdamos la batalla climática. El exsenador de Tennessee, que llegó a los Alpes con botas de vaquero, se deja llevar. El Premio Nobel de la Paz de 2007 funciona a toda máquina: los líderes políticos carecen de ambición, los jóvenes alemanes tienen razón al oponerse a la ampliación de las minas de carbón, el Banco Mundial ha fracasado gravemente.

Y, símbolo absoluto del actual fracaso, según él, el nombramiento del jefe de la petrolera de Emiratos Árabes Unidos como presidente de la COP28, la próxima conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático, que se realizará en diciembre. “No podemos dejar que las compañías petroleras y los estados petroleros dicten su ritmo”, afirma con vehemencia. Ahora es el momento de actuar. La sala se levanta, sobre todo los jóvenes, es la ovación.

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Detrás del estadounidense, el exguerrillero que llegó a ser presidente de Colombia, Gustavo Petro, en un tono mucho más mesurado, subraya, en el templo del capital, que lo que no funciona es quizás el capitalismo mismo, y que quizás no es reformable. . El arco del violonchelista Yo-Yo Ma alivia la tensión, todos se van con sus preguntas y sus frágiles certezas.

Por Ilona Venegas